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¿Qué me distingue de otros políticos?

El problema en Venezuela es que, desafortunadamente, las malas bromas y los chistes también son elegidos para cargos públicos, y algunos de ellos llegan a la presidencia.

Como resultado, la política en Venezuela se ha convertido en sinónimo de fracaso. En vez de generar resultados positivos, lo que producen es problemas, fracasos y penurias para sus ciudadanos.

Han convertido sus responsabilidades en un problema político, a tal punto que el fracaso ya está democratizado en nuestro país. Incluso, los políticos de Venezuela siempre han tenido una enorme fortaleza para hacer las cosas mal, y todo lo que tocan lo destruyen. Tanto es así que fracasaron cuando los abogados predominaron en la política venezolana, fracasaron con la democracia representativita y también con el socialismo. Fracasaron cuando los militares llegaron al poder y fracasaron en tiempos de opulencia económica y también en tiempos de escasez.

Donde sí sobresalen y exceden a otros políticos de la región es en la manipulación; la misma que ha convertido a nuestros militares en una herramienta de control. Esto incita una violencia generalizada y promueve la confrontación entre los venezolanos.

También son eficaces en anteponer sus intereses personales a los del país, en robarse los recursos de los venezolanos y en ocultar, regalar y repartir lo robado entre ellos. Por otra parte, son pésimos en generar riqueza en los bolsillos de los venezolanos.

Vale la pena mencionar que los venezolanos son testigos de mis afirmaciones, y los que no son de Venezuela lo único que tienen que hacer es darle una pequeña miradita a la situación actual de mi país.

Lo que acabo de describir es lo que me hace ser diferente a los demás políticos de mi país. En realidad, son mis características internas lo que me hace ser diferente a ellos.

Para empezar, no soy un mesías político ni un caudillo. Lo que sí soy es un ser humano que es consciente de sus imperfecciones. Soy esposo, padre, un ciudadano cabal, venezolano, que ama a su país de origen y a su gente. Soy un buen amigo, un hijo de Dios, un profesional bien formado académicamente que entiende perfectamente la cruel realidad del mundo en que vivimos y cómo este funciona y, por último, soy político.

En segundo lugar, la gran mayoría de los venezolanos claman por un político que realmente sea honesto e independiente y, sin dudas, ese político soy yo.

Algunas de las cualidades que no poseo son:

  • Nunca he militado o devengado un sueldo de ningún partido político.

  • Nunca le he sacado ni un centavo a mi país, Venezuela.

  • Nunca me he visto involucrado en actos de corrupción.

  • Nunca voté por los dos partidos tradicionales de mi país.

  • Ejercí mi derecho al voto en el año 1983, a los 19 años, y voté por el partido Movimiento de Integridad Nacional-Unidad (MIN Unidad) del ya difunto, nuestro querido, Renny Ottolina, que en aquel entonces fue representado por Gonzalo Pérez Hernández. Algunos de mis amigos de esa época reaccionaron a mi decisión y me dijeron que el MIN nunca iba a ganar y que había desperdiciado mi voto. Mi respuesta fue simple y directa: les dije que no había votado para ganar, sino porque había perdido la fe y la confianza en los dos partidos tradicionales de esos tiempos. En retrospectiva, considero que tomé la decisión correcta.

  • Con orgullo, puedo decir que no tengo la experiencia de la gran mayoría de los políticos de mi país. Por ejemplo, en mis venas no corre ni una gota de odio, decepción, engaño, mentira, crueldad, estafa, corrupción e incapacidad.

  • No tengo experticia en cómo hacer dinero mediante prácticas fraudulentas.

  • No tengo experiencia en arrebatarles el sueño de vivir en una Venezuela libre, próspera y en paz a millones de venezolanos.

  • No tengo experticia en destruir todo lo que toco.

  • No tengo experticia en generar división, odio, pobreza y caos.

 

No, no tengo esas experiencias, y le doy gracias a papá Dios por ello.

Las experiencias que sí poseo son totalmente diferentes a las del resto de los políticos tradicionales de mi país, Venezuela.

Por ejemplo:

  • Me formé profesionalmente en un país libre y de oportunidades.

  • Viví más de la mitad de mi vida en los Estados Unidos de Norteamérica y aprendí innumerables lecciones de vida.

  • Estoy capacitado académicamente, calificado y disponible para cualquier cargo público, siempre y cuando sea para abrir una nueva ventana de oportunidades para los venezolanos.

  • Soy el primero en admitir cuando estoy equivocado porque la gente respeta a quien admite sus errores.

  • He formado parte de muchos equipos de trabajo y lo hemos hecho bien.

  • He cometido errores y he aprendido valiosas lecciones de ellos; gracias a Dios, fuera de la política.

  • Incursioné en la política para servir y no para ser servido.

  • Soy una persona de buenos principios, intenciones y fe.

  • Me alegro de corazón cuando un extraño alcanza el éxito y trato de darle todo mi apoyo.

  • Soy un fiel amigo.

  • No soy rencoroso y no me gusta juzgar a los demás.

  • Soy honesto en la claridad y en la oscuridad.

  • En todos mis años, nunca le he causado daño a nadie.

  • Tengo una conexión mágica con los venezolanos fuera y dentro de mi país. Ellos saben qué hora es en mi reloj y yo sé qué hora es en el de ellos.

  • Por último, me gusta ser una persona positiva y chévere.

 

Esas cualidades son lo que me define como persona y lo que humildemente les ofrezco a los venezolanos.

Sí, soy diferente.

Mi más sincero y profundo agradecimiento a todos mis lectores.

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