Los derechos económicos, sociales y culturales

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Todos los gobiernos del mundo tienen la obligación moral y política de promover los derechos económicos, sociales y culturales (DESC). Estos derechos no son negociables ni debatibles por el simple hecho de que no solo son la base fundamental de la estructura social de un país, sino que también son valores universales.

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Por consiguiente, la alimentación, la salud, la educación, la seguridad nacional, el derecho a una vivienda adecuada, el derecho al trabajo y el derecho a un medioambiente sano forman parte de los derechos económicos, sociales y culturales de un país.

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Estos derechos, aunque parezcan básicos, son de vital importancia para que toda familia pueda disfrutar de un nivel de vida apropiado, de la buena salud, del bienestar económico, del derecho a la libertad y de la igualdad, del derecho a participar en la vida cultural y del respeto de las personas y familias.

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Tanto es así que no importa si el Estado carece de recursos; este tiene la obligación inmediata de tomar las medidas necesarias para garantizar todos estos derechos e ir mejorándolos con el transcurso del tiempo.

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Desafortunadamente, algunos gobiernos no cumplen con estos derechos básicos. Esto es evidente cuando presenciamos los resultados desastrosos de la pésima gestión de gobierno que contribuye directamente a la violación de estos derechos. Por ejemplo:

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• Las acciones criminales de funcionarios del Gobierno y de la misma Fuerza Armada cuando desalojan injustamente o por la fuerza a familias de sus residencias.

• Cuando las personas carecen de acceso al agua potable y segura.

• Cuando se incrementa la precariedad laboral.

• Cuando crece desproporcionadamente la pobreza.

• Cuando las políticas para combatir el hambre fracasan.

• Cuando el sistema de educación y de salud es precario.

 

Conclusión

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Reafirmo mi compromiso para trabajar arduamente en el diseño e implementación de políticas que favorezcan la vida de todos los que vivan en nuestro territorio, sin distinción alguna.

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Mi más sincero y profundo agradecimiento a todos mis lectores.